Efectividad

 

Cada  ser humano  tiene características propias de alimentación, estado emocional, genética, edad, ejercicio, trabajo, nivel de estrés, etc. Depende del tiempo y daño ya causado por los patógenos que generan la enfermedad, el sistema inmunológico (sistema de defesa), la capacidad del organismo de regulación (homeostasis) y otros factores diversos como tratamientos y medicamentos recibidos con anterioridad y si esto causaron  algún grado de iatrogenia (daño causado  por algunos tratamientos médicos o medicamentos).

 

Personas con enfermedades crónicas y ancianos también experimentan notables mejorías igual que cualquier otro tipo de persona, con la limitante de que pueden existir daños estructurales irreversibles de diversos tejidos originados por antiguas y prolongadas dolencias.

 

Como no hay dos pacientes ni dos casos de enfermedades iguales, ningún terapeuta puede garantizar a priori la curación absoluta, menos aún sin valorar previamente las diversas circunstancias que se dan en cada caso concreto.

Esta técnica se ha practicado  desde 1988 a más de 3.000.000 de enfermos con resultados sorprendente.

 

Dr. Isaac Goiz y Dr. Raymond Hilu en 2009 se realizó un estudio  e investigación para demostrar la eficacia de esta técnica. Más de 200 personas fueron tratadas se realizó una  toma  una muestra de sangre antes  y después del de la aplicación de la técnica, el objetivo de este estudio fue comprobar si los microorganismos patógenos señalados como responsables de sus patologías estaban realmente presentes en sangre.

 

Los resultados obtenidos fuero satisfactorios y  se realizó una tesina,  la cual está siendo estudiada en la Universidad De Medicina de Chapingo (México).

 

¡Solo aplicando la técnica en los puntos correctos, sin farmacos, la curación total o mejoría tuvo lugar en un 96% de los casos!

El 67% de los pacientes  fueron curados, el 29%  mejoraron, y el 4% no mejoraron pero tampoco empeoraron.  Resultados publicados en la Revista Discovery DSalud. Número 118. Julio-Agosto. 2009.

 

En la actualidad se aplica con éxito  en Iberoamérica,  Alemania, USA, y en algunos países es una terapia avalada y forma parte de los servicios estatales de Salud.